EL
CONCEPTO Y LA IDEA.
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EL CONCEPTO.
El pensamiento publicitario se apoya en dos necesidades fundamentales:
saber qué se debe comunicar y encontrar una forma de comunicarlo de
manera diferenciadora. Estas dos necesidades dan lugar a dos planos
de pensamiento: el estratégico y el creativo. Ambos son complementarios
y ninguno de los dos puede fallar. Por otro lado tenemos otra necesidad
a resolver, y es colocar los mensajes en el medio adecuado para que
llegue a las personas que nos interesan. Pero esta parte del proceso
no es necesario considerarla en este análisis.
Todo proceso de comunicación publicitaria parte de una necesidad o
problema que un anunciante necesita resolver ("necesito vender más"
"la competencia me está quitando mercado" "la imagen de mi marca se
está debilitando" "me va muy bien pero no quiero que el consumidor
se olvide de mi marca" "doce niños se intoxicaron con mi producto
y necesito salir a decir algo" etc, etc, etc). El encuadre de esta
necesidad o problema implica el manejo de una gran cantidad de información.
Esa información nos describe la situación del producto o de la marca,
el mercado en el que actúa, sus competidores, sus consumidores, su
historia, el escenario económico y todo aspecto que afecte al negocio.
Es fácil imaginar que esta información puede incluir aspectos muy
variados y que en cada caso resulta diferente.
Esa información que el anunciante presenta a la agencia tiene que
ser procesada. Hay que hacer un profundo análisis para entender qué
es lo que la comunicación debe hacer. Este proceso desemboca en una
estrategia de comunicación, es decir, un plan de acciones a seguir
con el fin de alcanzar un objetivo. Una estrategia de comunicación
es un documento complejo en donde se definen objetivos, pasos a seguir,
el grupo objetivo, el contexto, los resultados esperados, la asignación
del presupuesto y todo lo inherente a una acción de comunicación publicitaria
a lo largo de un determinado período de tiempo. Pero toda buena estrategia
debe poder resumirse en una frase. Una frase que nos dice lo más importante
que una estrategia de comunicación contiene: ¿qué vamos a comunicar?
Decidir qué vamos a comunicar no es una decisión fácil. Ante cada
situación las opciones son múltiples, podemos decir que nuestro producto
es mejor que el de le competencia, que es más barato, que tiene un
nuevo envase, que es el preferido de las estrellas de Hollywood, que
nuestra marca es la más prestigiosa, la más noble, la más seria, la
más sincera. Se pueden comunicar muchas cosas, pero tenemos que elegir
una, y en esa elección es donde se ve el talento de los buenos estrategas.
En la publicidad no se pueden comunicar cuatro o cinco cosas al mismo
tiempo, el protagonismo se lo lleva una sola, la que la estrategia
defina como la más importante, como el eje central de la comunicación.
Por supuesto que podrán aparecer otras cosas comunicadas en un texto,
en un subtítulo, en una locución. Pero luego de haber comunicado lo
más importante.
Esa frase que nos define qué es lo que debemos comunicar es lo que
llamamos concepto. El concepto es una frase muy simple, sin ninguna
pretensión creativa. El concepto no intenta parecer un titular ni
un slogan, no pretende sonar ingenioso ni impactante. Su única función
es la precisión.
"El Chevrlolet Astra es el único con tres años de garantía"
"Los helados de Freddo son riquísimos"
"Comprá un envase de Magistral y llevate una esponja de regalo"
Así de claro, así de simple es un concepto de comunicación. Esa frase
nos sirve para saber exactamente qué tenemos que comunicar, sin dudas
ni ambigüedades. Ningún creativo se puede sentar a pensar sin tener
claro este punto.
Podemos definir al concepto como la base mínima estratégica de toda
acción de comunicación publicitaria.
CONCEPTO DE BRIEF Y CONCEPTO CREATIVO.
Algunas campañas contienen lo que se denomina concepto creativo, el
cual nada tiene que ver con el concepto que acabamos de definir, y
que para distinguirlo en presencia del concepto creativo podemos llamarlo
concepto de brief (en este trabajo lo seguiremos llamando concepto,
a secas). Veamos ahora qué es el concepto creativo. Comencemos diciendo
que no todas las piezas de creatividad tienen un concepto creativo,
esto depende de su planteo, de su estructura. Un concepto creativo
es una frase o consigna que figura en una o más piezas de comunicación
sin la cual la idea no llega a entenderse. Esta consigna le da sentido
a la pieza en términos creativos y actúa como complemento del concepto
de brief, no lo repite. Por lo tanto una forma de diferenciar
un concepto creativo de un concepto de brief es verificar que no se
superpongan.
EJEMPLO
1: En la campaña de Sprite, tenemos como concepto de brief: "Sprite
te dice la verdad". Podríamos suponer que el concepto creativo es:
"Las cosas como son". Pero no lo es, porque repite el concepto de
brief; el aviso podría cerrar tranquilamente con "Sprite te dice la
verdad", la única diferencia es que no suena tan bien. Por lo tanto
la campaña de Sprite no tiene concepto creativo, tiene un claro camino
estratégico, excelentes ideas y "Las cosas como son" es el slogan
de marca.
EJEMPLO
2. Es diferente el caso de Rexona for Teens. En donde el concepto
de brief es "Rexona for Teens es un antitranspirante para adolescentes".
Y "Sabemos lo que te hace transpirar" es el concepto creativo de
la campaña. Esa frase da sentido a la idea del tren fantasma,
nos explica por qué Rexona nos muestra esto, complementa al concepto
de brief, pero de ninguna manera lo reemplaza. Intenten rematar "Tren
Fatasma" con "Rexona es un antitranspirante para adolescentes", es
claro que no funciona.
LA IDEA.
Dijimos que el concepto nos define qué tenemos que comunicar. Ahora
vamos a pasar a cómo lo comunicamos. El principal obstáculo que enfrenta
la publicidad es la indeferencia de la gente. Nadie se levanta por
la mañana con la idea de ver publicidad. La publicidad es una intrusa
que interrumpe permanentemente la vida de las personas, tratando de
ganar unos segundos de su atención. Y la herramienta por excelencia
para vencer la indiferencia y capturar la atención del público es
la creatividad. Aquello que es diferente, aquello que sale de lo habitual,
lo que no es cómo esperamos que sea, indefectiblemente nos llama la
atención. En publicidad, la creatividad del mensaje se define por
la presencia de una idea. Es importante aclarar que la definición
que vamos a realizar se refiere a la palabra "idea" en el contexto
publicitario, en el cual no tiene el mismo sentido que se le atribuye
a la palabra "idea" en general. Si una persona decide colocar una
mesa en el jardín para cenar en una noche de verano, se puede decir
con toda justicia que tuvo una buena idea. Pero eso nada tiene que
ver con el significado de la palabra "idea" en el ambiente publicitario.
Veamos de qué se trata, aunque no sea una definición fácil, porque
la magia es algo muy difícil de definir.
EJEMPLO:
En el aviso del Zoo de Buenos Aires, el concepto de brief es: el Zoo
ahora tiene canguros. La idea es: mostrar a los canguros sin mostrarlos,
porque en lugar de verlos a ellos vemos su consecuencia, referida
al imaginario de que los canguros pegan piñas.
Una idea publicitaria es una acción. Es hacer algo para lograr determinado
efecto en la mente de las personas. Ese efecto casi siempre pasa por
el asombro, en presencia de una idea publicitaria lo primero que pensamos
o sentimos es "¿cómo se les ocurrió eso?" porque sentimos que a nosotros
no se nos hubiese ocurrido, porque no es una forma de pensar esperable,
tiene algo de ilógico. Al mismo tiempo las ideas activan emociones,
pueden hacernos reír, conmovernos, preocuparnos, asustarnos, indignarnos,
esto depende de las intenciones del mensaje. Las ideas asocian lo
que normalmente está separado, arman cosas nuevas con elementos viejos,
llegan a conclusiones que no son las que estamos esperando. Nos dicen
cosas muy normales de una manera "anormal". La idea es la base mínima
creativa de los mensajes publicitarios, es un juego mental destinado
a decirnos lo de siempre de una manera en que no lo vimos nunca.
IDEA Y RECURSO.
A pesar de lo que acabamos de decir, mucha de la publicidad que vemos
carece de una idea. Vamos a ahorrarnos los juicios de valor y preguntémonos
¿qué es lo que tienen entonces? Esa publicidad se basa en recursos.
Y los recursos son...recursos. En este caso la publicidad no tiene
una definición propia. Un recurso es todo aquello que se utiliza con
el fin de llamar la atención sin ser una idea. La idea pasa por jugar
con la mente, el recurso pasa por las sensaciones, por lo estético,
por los gustos de la gente. Un recurso es poner una señorita desnuda
en el aviso, es la belleza de una fotografía, es la música que acompaña
a un comercial de TV, es contratar un actor famoso para recomendar
un jabón en polvo, es la forma de escribir el texto de un aviso, es
el locutor que menciona la marca, es lograr que un pediatra avale
las bondades de un yogur. Los recursos no son ideas en el sentido
publicitario, lo son en el mismo sentido de sacar la mesa al jardín.
Y si bien no son ideas son un apoyo fundamental para estas últimas.
De nada sirve una excelente idea si la foto del aviso es un desastre,
si el actor que elegimos no funciona, si la música que da clima al
comercial no está bien realizada. Ideas y recursos conviven en el
intento permanente por captar la atención del público, los recursos
-aún mínimamente- siempre están, las ideas no, aunque debiera ser
así.
SÍNTESIS.
Digamos, entonces, que el concepto hace al contenido, la idea a la
forma. El concepto es el "qué" la idea es el "cómo". El concepto es
la síntesis de la estrategia, la idea es la base de la resolución
creativa. Sin tener claro el concepto no se puede avanzar sobre la
idea. Sin idea el mensaje pierde impacto y, por lo tanto, es menos
eficiente.
Fabián Maison.
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