Los antiguos las llamaban "manzanas de oro", otros simplemente decían
que era el sol hecho fruta. Hoy podemos decir que tanto el cítrico
como el color son efectivos como antidepresivos.
La depresión es una afección que azota en tiempos de crisis. Suele
presentar una serie de síntomas que se confunden con otro tipo de
enfermedades. A veces, el depresivo sufre de crónicos resfríos. En
otras ocasiones la depresión se hace presente como un deseo continuo
de dormir... Lo cierto es que estos, como otros signos, son en realidad
un modo de enmascarar un estado anímico alterado.
El depresivo busca dormir como medio de escapar a su angustia, angustia
que puede metamorfosearse en enfermedades varias: estrés, fobias,
ataques de pánico y hasta generar cánceres.
Otro rasgo muy común entre los depresivos de la época es la falta
de entusiasmo frente a cualquier actividad que se les ofrezca. Nada
les interesa, porque a nada le encuentran sentido. Nada emprenden,
porque no tiene energía para ello.
Hoy por hoy, además de las terapias tradicionales (psiquiátricas y
psicológicas), tanto el depresivo como sus familiares pueden recurrir
a otras armas para combatir una "dolencia del alma" que, precisamente
por ser de esa naturaleza, a veces no obtiene la suficiente atención
ni del enfermo ni del entorno.
Pero... ¿qué armas son esas? La respuesta es simple: terapias alternativas.
La musicoterapia viene demostrando desde hace años que mediante la
música podemos revertir estados alterados o, por el contrario, alterar
el estado de las personas. Otra terapia a la que sin casi darnos cuenta
todos prestamos atención al momento de pintar y decorar nuestro hogar,
o simplemente de vestirnos, es la cromoterapia, o terapia de los colores...
Para nadie es un secreto que el color de una habitación o de nuestra
ropa puede hacer que varíe nuestra concentración, que cambie nuestra
percepción de la realidad desde un estado de relajación (colores pastel,
celestes, verdes claros) o desde una sensación de euforia (fucsias,
bermellones, amarillos subidos) o tristeza (grises, azules muy profundos,
morados). La aromaterapia también ofrece lo suyo. Oler el aroma adecuado
para determinadas afecciones puede aliviar dolores, cambiar nuestro
ánimo y hasta "inyectarnos energía".
Los tan mentados "hornitos" en los que volcamos los aceites esenciales
son una de las tantas maneras de recurrir a esta última disciplina.
Pero también pueden realizarce masajes o utilizarse esos aceites como
"perfumes" con los que aromatizarnos el día.
Agrias Naranjas y Naranjas Dulces
Una fruta originaria del Asia Central que la naturaleza nos brinda
para alimentarnos con un rico sabor es la naranja, de amplia fama
por ser benéfica cuando estamos resfriados o engripados dada su alta
concentración de vitamina C.
Sin embargo, no muchos saben que existen dos variedades de este cítrico.
Una es la naranja agria y otra, la más conocida naranja dulce. En
la composición química de la naranja agria encontramos vitamina A,
B y C. Y como no es un fruto comestible sólo es utilizado para la
realización de mermeladas, y favorece la secreción de jugos gástricos,
facilitando así la digestión.
El jugo de esta variedad de naranja con agua tibia, bebido en ayunas,
ayuda a la expulsión de bilis y flemas. Es fantástico ingerirlo cuando
tenemos catarro. La pulpa de la naranja agria puede ser aplicada en
forma de cataplasma contra ulceraciones y llagas. Además, el té de
hojas de estas naranjas es sedante y sirve para aliviar espasmos,
indigestiones, crisis nerviosas y afecciones del corazón.
En caso de realizar la infusión con sus flores, ésta servirá para
combatir, además de los espasmos, la fiebre.
Por otro lado, la naranja dulce tiene en su composición química vitaminas
A, B, C y D. Es beneficioso para personas que padecen de reumatismo
o de diabetes beber un vaso de jugo de esta naranja en el desayuno.
Este cítrico sirve como estimulante para el sistema nerviosos y ayuda
a combatir las convulsiones nerviosas, las jaquecas, los calambres
y el insomnio. Lo recomendable para estos casos es beber por lo menos
dos vasos diarios de naranjada.
También es útil para aliviar el estreñimiento, las congestiones hepáticas
y las hemorroides.
El té de naranjas dulces funciona como sedante, por lo que ingerir
una taza antes de laguna situación que vaya a tensionarnos (como exámenes
o entrevistas de empleo, por ejemplo) puede disminuir nuestros niveles
de ansiedad. Si el té lo realizamos con las hojas del cítrico servirá
para combatir las afecciones cardíacas. Beneficioso sería para los
que sufren del corazón tomar, con azúcar, una taza al día. Si nos
afecta la garganta algún dolor molesto, podemos hacer alguna gárgara
con naranjada.
Olor a Sol
Uno de los modos de utilización de estas facultades es a través de
los aceites esenciales, de la mano de la aromaterapia.
Si la esencia de naranja es obtenida desde sus hojas se llamará Petitgrain,
que es el aceite que nos proporcionará todas las propiedades antiespasmódicas
de la fruta.
En caso de que el aceite esencial provenga de la cáscara de este cítrico,
simplemente se llamará Esencia de Naranja, y con este tenemos en "perfume"
el elixir de características antidepresivas y estimulantes que tan
bien puede hacerle al bajoneado.
El aroma, cálido, embeberá todo el ambiente casi instantáneamente
con una sensación de alegría y luminosidad. No olvidemos que la naranja
es "el sol hecho fruta", y es perfecto para aromatizar nuestra casa
o lugar de trabajo, principalmente en invierno para el común de la
gente, pero para el depresivo será saludable en cualquier estación
del año. La Esencia de Naranja puede ser empleada tanto en los nombrados
"hornitos", en baños de vapor, como en masajes corporales, y, en este
último caso, podemos agregar también que en las arrugas que nos quedan
después de largas exposiciones a la luz solar se puede aplicar un
masaje con ocho gotas de este aceite puro mezclado en media onza (quince
ml) de aceite de almendras y avellanas puede rejuvenecer nuestra piel.
Sin emabrgo, es importante destacar que el masaje debe ser después
de la exposición solar, nunca antes. Y tampoco se deberá ingerir el
aceite si sabemos que pronto vamos a tomar sol.
Otro modo de percibir el aroma de la naranja es el siguiente: cuando
consumimos alguna de estas frutas guardamos la cáscara y la dejamos
secar. Una vez seca, la colocamos sobre un carboncito de los que se
utilizan para quemar piedritas de incienso, y así, la cáscara de naranja
no sólo puede saborizar el mate o diversas preparaciones culinarias...
También puede perfumar nuestro espacio cotidiano.
Pintarse la cara color de naranja
"No hay vida sin sol, ni mundo sin color"... Ya desde los inicios
de la Historia el color cumplió un importante rol entre los hombres,
y fue incorporando diferentes significados simbólicos.
El color del sol fue homologado por los seres humanos a la vida, a
la actividad, la desaparición de los temores y, por consiguiente,
a la esperanza.
La naturaleza simbólica del color es muy fuerte, no sólo histórica,
también culturalmente. Tanto es así que se han establecido códigos
universales que utilizan el color como lenguaje. Un ejemplo puede
ser el de las señales de tránsito, o la utilización de los colores
que hace la Iglesia Católica para comunicar los distintos tiempos
litúrgicos. Pero el color también posee energía. Baste recordar que
el color es parte de la luz solar... Y las distintas frecuencias de
la luz (los colores) afectan las energías del cuerpo. Mas los colores
pueden ser estimulantes o depresivos, constructivos o destructivos,
atrayentes o repelentes. Y cada uno de ellos tiene un efecto único
que lo habilita para ser empleado en el tratamiento de distintas afecciones
o situaciones adversas. Y hablando de soles, y de frutos de sol, vamos
a hablar del color naranja: el color del Astro Rey.
El color naranja propicia la adaptabilidad, porque como el aroma del
mismo nombre, es un color estimulante. Es recomendado para las afecciones
cardíacas, para incentivar a los deprimidos, porque impulsa a la sociabilidad
y relaciona la salud emocional con el sistema muscular. Empleado en
demasía puede afectar los nervios, generando excitación y ansiedad,
pero podemos "aligerarlo" con un azul verdoso. El naranja también
beneficia al sistema respiratorio, incrementa la creatividad y alimenta
nuestra alegría de vivir, nos revitaliza y ayuda a que nos organicemos
mejor.
Si el naranja nos provoca rechazo: ¡ATENCION! Estamos diciendo con
eso que sentimos que el sol se ha ido de nuestras vidas. También puede
ser una manifestación de repulsión por lo superficial y de necesidad
de profundizar en el camino a seguir... Pero siempre, para reírse
un poco, es necesario algo de "superficialidad"... No podemos pasarnos
la vida meditando en los grandes temas del hombre. Así que: comer
naranja, oler naranja y ver naranja nos puede pintar de alegría el
día. Un dato para tener en cuenta. |
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